Live Writing, Relatos

Al regresar |Relato

El relato que leerán a continuación al igual que Terror bajo la piel, es resultado de un live writing con mi amigo Toro. El no se dedica al mundo de la escritura pero me hace segunda cuando se lo pido.

Para los que no sepan un live writing es ir escribiendo algo en tiempo real mientras otra persona (o personas) lo leen, pero yo soy masoquista y pido que aparte de leer sobre la marcha sea el lector quien decida el rumbo de la historia. ¿Cómo lo deciden? Dándome palabras que debo incorporar de alguna forma ya sea con acciones, descripciones o en forma general.

En esta ocasión Toro hizo que esto terminara como un relato mío del 2011 donde el lemon estaba a la orden del día. Enjoy. (P.D. Si está un poquito diferente a lo usual, se aceptan tomates)

Al regresar

Habían quedado de verse en el obelisco del parque, estuviste esperando a que apareciera pero no tuviste suerte. Te plantó otra vez. Pero es que tu no entiendes, siempre aplica la misma y ahí vas tu «De pendejo», dice tu mejor amigo. Y sabes que tiene razón, pero no lo puedes evitar.

Cada que aparece por la juguetería de la familia es lo mismo, un par de sonrisas y promesas sobre cómo van a recuperar el tiempo perdido por la distancia. Eres como su juguete personal, sólo que tu le saliste gratis. Aun recuerdas cuando prometieron ser amigos por siempre. Tu te lo tomaste enserio y a él se le olvidó en tres meses. Sigue leyendo «Al regresar |Relato»

Relatos

Un último te quiero | Relato

I was very drunk when i wrote this.
Originalmente pensado para presentarse en la convocatoria de Escritoras Mexicanas 2019, antes de su «problema» de administración, motivo por el cuál decidí no enviarlo. Estúpidamente, este si cumplía todas las bases.  Y mención especial a Ceci Tonks y J.J. Kastle por betearlo en su momento.

 

Quedaría poético decir que todo comenzó un verano, pero a este punto te preguntas: ¿realmente fue así? ¿o fue un invierno? ¿acaso duró más de una vida? Y no obtienes respuesta, la memoria es caprichosa. Tu no puedes escoger qué se quedará grabado a fuego y qué olvidarás, los recuerdos pueden ser como las alas de una mariposa o las pisadas de un gigante.

Las horas entre las paredes blancas y azules eran interminables, los murmullos de voces lejanas pican en la piel casi tanto como el frío que se adentra por las ventanas mal cerradas. Los ventanales apenas cubiertos por persianas mal colocadas daban una ilusión de privacidad que se rompía al escuchar la voz o el ronquido de la mujer de al lado. Estaban separadas sólo por una cortina pesada que en cualquier momento podía ser descorrida .

Pero ese sonido era y es inconfundible. Era una gota, cayendo una y otra vez justo encima de tu cabeza; a veces, por las noches, cuando despiertas entre pesadillas y los vistazos del pasado se te cuelan bajo la piel aún puedes escucharla caer, junto a su voz rasposa hablándote al oído.

Y las lágrimas aparecen, a veces de una en una o como un torrente que no puedes contener. La impotencia del recuerdo se apodera del presente y te inunda de “hubieras”, recordándote lo que pudo ser. Otras veces logras contenerlas, pero se te atoran en la garganta y envenenan tu día a día durante semanas, arrastrándote a recovecos de tu memoria que desearías poder olvidar. Sigue leyendo «Un último te quiero | Relato»