Hace mucho que se tiene este debate INNECESARIO y a veces es necesario volver a recordarle al mundo que el español neutro no existe, ya que el ser humano tiende a esconder las cosas importantes debajo del tapete o entre el closet y mientras mas al fondo mejor. Y aunque algunos digan que existe, admiten que es un español que nadie utiliza en la vida cotidiana .
Podremos intentar de muchas maneras hacer que nuestros textos lleguen a más personas e incluso habrá quien escoja utilizar expresiones que considere «ampliamente conocidas» por mas cantidad de lectores para intentar minimizar el «no le entiendo» o eso al menos es algo que gran cantidad de autoras latinas se han visto forzadas a hacer para que sus relatos no sean aventados por la ventana en las convocatorias que piden el idioma que no existe (si, el español neutro).
Cosa bastante triste, pero si analizamos es algo que inevitablemente esta ligado al sector editorial que ha tomado, desde que tengo uso de razón, el español de España como la bandera de «neutralidad», porque nos guste o no la mayoría de las traducciones de obras anglosajonas salen al mercado latino en «español neutro» no son mas que traducciones en español de España llenos de «cojones», «ordenadores», «tio», «bragas», «mola», «flipas» y un largo etc.
A veces como con Percy Jackson me saca canas y me dan ganas de hacer un rant de 3425 palabras (si ya lo hice y ya las conté) respecto porque al traducir si hay personajes latinos se debe respetar el español latino si el autor anglosajon uso ese español y no «neutralizarlo» que es mas «españolizarlo» que otra cosa, otras pues no pasa nada y nos la chutamos porque es lo que hay y ya que vergas.
Irónicamente es el ámbito «escritoril» de España es al que he visto sufrir mas con el hecho de que las autoras latinas se estén abriendo paso en sus propias variantes del español y ellos no comprenden todo lo que implica este acontecimiento. No están acostumbrados -en gran mayoría- a estructuras narrativas diferentes o leer expresiones fuera de sus zonas de confort, lo cual es muy gracioso si lo vemos desde la perspectiva de que nosotros nos hemos aprendido muchos españolismos a la de a fuerzas desde la infancia.
Lo que los defensores del español neutro tienen es una fobia a que se les quite el pedestal y se habrán puertas a otras formas de expresión llenas de regionalismos y experimentos narrativos que satisfagan las necesidades de representación de otros grupos aparte del suyo. Me he encontrado gente de verdad, dejando reseñas negativas porque «no le entendí a sus expresiones», «no es español neutro», «deberías dejar de meter regionalismos porque no se entienden» todas de gente europea.
Y aunque virtualmente no puedo rodar los ojos, créanme que lo estoy haciendo como lo hice al leer eso. También lo he visto en convocatorias de relatos donde piden que no usen «mas regionalismos de los necesarios» pero ¿cuánto es «mas de lo necesario»? y por sobretodo ¿por que chingados no?. Nadie quiere leer cosas sin alma y los intentos de neutralidad solo conllevan, en la mayoría de los casos, a perder la esencia de quien la escribe. El español neutro limita la capacidad de expresión del autor y al lector le niega el placer de percibir lo subjetivo en el habla y escritura del texto.
Así que si tu, autora latina andas leyendo esto: que te valga madre. Escribe como quieras, con tu español el que usas en tu día a día, con todos los regionalismos que quieras, en tu o vosotros, en primera, segunda o tercera es más ¡revuélvelas si se te da la gana!. El eurocentrismo siempre ha sido un eje de la industria editorial en español, y es algo de lo que tenemos que desprendernos para poder encontrar nuestras propias corrientes, no es fácil pero nada en la vida lo es y en el sector editorial menos.
Pero al chile, nada perdemos con intentarlo y empezar a representar lo que realmente vivimos en nuestros textos, creemos comunidad latina que no intente imitar el sistema español o anglosajón. Podrá sonar a sueno guajiro pero… creo que podemos, creo que ya lo estamos haciendo.