De este relato no esperen mucho, lo escribí supuestamente para la convocatoria de Amistad sin fronteras de Editorial Amanecer, convocatoria que se cancelo porque la editorial cerro (si eso no es mala suerte yo no sé lo que será). Pero la verdad es que lo hice con un sólo propósito y no era ganar, si no divertir a Myriam que iba a ser juez del certamen.
Así que aquí tienen un relato largo para los estándares de esta sección que es un self-insert muy mal disimulado de Myriam y mio. Pero al mismo tiempo es un spin-off o side story (como quieran verlo) de Tláloc cobra caros los favores, una historia larga, que aun no ve la luz porque no la he terminado pero la verá algún día… si la termino o me decido a publicarla.
Pero aquí vamos, no hay glosario si no se saben algo googleen:
Entre dioses y brujas chupasangre
Sin Yolanda Maricarmen
Son las seis de la mañana. El teléfono vibra junto a tu mejilla; abres un ojo para ver quién es el culpable de despertarte cuando el alba apenas despunta por la ventana. En la pantalla brilla su nombre, es ella. Son audios, de esos que siempre te llegan cuando algo la acongoja. Suspiras y los reproduces mientras te estiras debajo de las sábanas arrugadas. Se está quejando y no es novedad. Le fascina quejarse de todo y nada al mismo tiempo, pero por sobre todo, de que no sabe escribir, de que a la gente no le va a gustar lo que sale de su cabeza y de no saber si lo está haciendo bien.
Su síndrome del impostor te enferma. Un día de estos, cuando por fin la tengas frente a frente, le soltarás dos putazos bien sentados en la tatema a ver si deja de tirarse al piso que ya está demasiado lleno. Esta vez no es diferente; intuyes al segundo mensaje que existen más cosas detrás y la entiendes, aunque parezcan inconexos sus comentarios, pero aun así esa tendencia de ahogarse en charcos y gritar como loca por los rincones te hace rodar los ojos al infinito y más allá.
A veces se te escapa murmurar un «Española tenías que ser» cuando el audio es claramente “El Impostor” hablando. Y es que, al final del día, todas tus amigas españolas son iguales, hablan poco de escribir hasta quedarse sin pestañas e innovar sus narrativas y mucho de planear historias con más detalles inútiles que la locura que una yerbera le produjo a María Carlota Amelia Augusta Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo-Gotha y Orleans, mejor conocida como Doña Carlota de Habsburgo, la última emperatriz de tu país: México.
México Mágico. Sigue leyendo «Entre dioses y brujas chupasangre | Relato»