Esta reseña también es rescatada de Joven Juglar, ya les hable de ese blog en la reseña de Dejame entrar, pero aquí vengo a aventarles esta de un viejito que seguimos esperando que publique los últimos libros de una saga que su serie se encargó de enterrar.
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George R. R. Martín es un autor prolífico, sus obras son un mundo extenso poblado de ciencia ficción y fantasía, su popularidad ha ido en aumento a partir de la saga de Canción de Hielo y Fuego ( Juego de Tronos) y su reciente adaptación; eso es indudable.
Como cualquier otro autor de ciencia ficción, Martín solía enviar a diversas revistas sus escritos para lograr una venta y generar sus ingresos y es en Canciones que cantan los muertos donde se recopilan seis relatos que le fueron publicados entre 1983 y 1986.
Todos los relatos son muy diferentes entre sí, uno incluso podría jurar que es el origen de Muerte de la Luz, uno de sus mejores libros si me permiten decirlo, pero coinciden en algo: todos te dejan una sensación extraña en la boca del estomago, te inquietan y te hacen mirar sobre tu hombro para confirmar que nadie te observa.
Si sólo has leído su saga más popular, difícilmente pensarás que el hombre que escribió eso es el mismo detrás de la pluma de “El tratamiento del mono”, “En la casa del gusano”, “Esta torre de cenizas”, “Los hombres de la aguja “, “Los reyes de arena” y “Recordando a Mary” que son los relatos que incluye esta antología.
Cada relato te lleva a un lugar diferente, te presenta un miedo, toma tu mano y te lleva hasta el final donde te arroja al vacío. Tiene relatos para todos los gustos del terror y el suspenso, desde algo clásico como los fantasmas y el olvido, pasando por el terror psicológico y su versión de un hecho real, hasta presentarte los miedos del futuro y amargarte la cena.
Y lo último es literal, no coman mientras leen el primer relato: El tratamiento del mono, gira entorno no a un temor, sino a la inseguridad que habita en muchos de nosotros y le da una solución, una tan amarga que al terminar el relato tú como el protagonista sólo podrán pedir un trozo de pizza.
En la casa del gusano es un lugar al que sin duda no desearás ir nunca si amas los espacios abiertos , la brisa y el sol, mientras que Esta torre de cenizas sólo te partirá el corazón y pensarás cómo alguien puede vivir así y como otros pueden ser tan crueles en su felicidad.
Los hombres de la aguja y Recordando a Melody son dos relatos que retoman algo clásico, el primero atrae las prácticas de los estudiantes de medicina en los viejos ghettos de Nueva Orleans al presente , y es la prueba de que la curiosidad si mata al gato. Y el segundo te hará pensar dos veces antes de prometerle a una persona que nunca la olvidarás, que siempre estarás ahí.
Eso sí, no esperes un estilo de narración parecido al de Canción, porque no lo es. Pero si puedo decirte que, son relatos que juntos o separados no te puedes perder y menos en este mes en el que cuentan las leyendas las almas vagan por la tierra, pues nuestros mundos se funden en uno, en una noche especial.