A veces , sin querer me encuentro pensando en ti. Recordándote en los silencios y las risas, un instante, un minuto u horas enteras. Tu recuerdo ya no me desgarra, llega cálido con un sabor a nostalgia y anhelo. Si cierro los ojos puedo escucharte, tu voz grave diciéndome al oído alguna estupidez en francés y sonrío.
Ya sé sonreírte de nuevo, a veces en las noches frías puedo reencontrarme con las sensaciones que guarda mi memoria y recrear en mi mente la calidez de tus abrazos. Hoy sé, que a pesar del tiempo y los caminos te sigo queriendo. Que a pesar de habernos hecho tanto daño no te he sacado de mi, que no quiero hacerlo.
Nuestro pasado podrá venir una y otra vez, pero yo ya he hecho las pases con él, contigo. Y conmigo también. Me rio de mi al imaginarme frente a ti una vez más, porque sé que en cuanto esté ahí a unos pasos de tu figura alta y desaliñada querré correr a ti.
Sin pena, sin ganas de volverme a marchar . Querré ocupar mi lugar bajo tu cuello y entre tus brazos . Y te voy a ver a los ojos para intentar leer tu mente , mientras me pregunto si tú también quieres volverlo a intentar, si estás tan seguro como yo de qué podemos hacerlo funcionar .
Y en el último instante sabré que no, que la fantasía ha muerto pero aún así puedo abrazarte y seguir el camino, dejando el quizás escurrir entre los dedos con una sonrisa sincera y un te quiero aferrado al corazón.