Veamos el dilema de hoy, los cambios en la vida. Muchas veces nos da por pregonar por todo lo alto lo que pensamos hacer , vamos por ahí caminando gritando a los cuatro vientos «voy a cambiar» , «seré alguien diferente» , «hoy haré algo para mi». Y al final ¿Que hacemos? Ni madres.
Así tal cual, un corte de pelo, un cambio de ciudad no te cambia la vida, puede que a la larga te llegue a cambiar la percepción de las cosas , como cualquier evento importante, pero ¿Realmente es necesario pregonarlo?