Las viejitas

Profundidad

Porque lo odio. Y porque realmente en el mar la vida no es tan sabrosa como la pintan.

Te odio , te odio y te odio. 

¿Lo escuchas? Sí, ese sonido que tu madre describe como arrullador, tu padre por otra parte siempre dice que es estimulante ¿Y el resto de la familia? Esta encantada. 

También tu piel, tu cabello y tus pulmones perciben el cambio, te arde la piel por más bloqueador que uses, el sol y la sal la queman de a poco, te pica el cuero cabelludo y pareces un león. 

Una opresión crece en tu pecho y te impide respirar, eso es lo que más te frustra, inhalar y exhalar aire caliente, pesado… sentirlo como algo espeso y lleno de tierra atravesando tu interior. 

 

Pero es ese sonido del oleaje el que más te inquieta, no quieres entrar al mar; simplemente no puedes hacerlo pero nadie lo comprende. 

Estas segura de que en cuanto tu progenitor estacione el automóvil todos saldrán corriendo en estampida por la arena caliente, dejando la ropa regada en la arena, marcando el camino al agua helada, como si fuesen las migajas de pan de Hansel y Grethel, en espera de que sigas el camino. 

Pero estas ahí, en el asiento trasero , postergando la salida de la única zona segura que te queda, tu madre te grita y tus primos ya corretean entre las olas. Tienes que ir o vendrán por ti y no hay forma de evitar que lleguen y jueguen a perseguirte. 

No dudarán en arrastrarte por la arena hirviendo hasta llevarte al mar y de ser posible si no pateas lo suficientemente fuerte te llevaran hasta el punto en que las olas cubran tu cabeza y te soltarán sin contemplaciones , hundiéndote hasta donde puedan hacerlo. 

Cada año es igual , te acercas arrastrando los pies con la arena blanca y cortante impregnando tus dedos  con ella y un nudo en el corazón . Nadie entiende aún que detestas la playa , que detestas el sol, que odias el mar. No niegas su belleza pero ¿Acaso nadie teme a su profundidad?

La culpas a ella , quien dejo al alcance de tus pequeñas manos ese ejemplar de un viaje submarino , fue ella quien dejo en las mesas bajas la razón de tus pesadillas, aun hoy que ya no recuerdas realmente porque le guardas respeto al oleaje, lo repeles por naturaleza, no puedes , simplemente no puedes entrar al mar. 

 

Nota:  Encontré esto en mi cuenta de Blogger, No recuerdo cuando lo escribí, creó que fue para el concurso de Halloween de Potterfics, aunque nunca lo presente.  Pero pocos saben que yo.. detesto el mar. No le temo, pero lo detesto.

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